lunes, 3 de mayo de 2010

¿Mala Suerte?

El viernes pasado fui a Antón Martín a buscar a mi padre para irnos a Talavera. Yo llegué antes y estacione el coche en Atocha, encima de un bordillo y delante de un monovolumen. Puse los cuatro intermitentes mientras le esperaba. Aquella zona es una mierda, bueno, los que viven en Madrid saben lo que es. Por eso estaba nerviosa, impaciente, porque siempre que voy allí con coche me pasa algo. Claro, esta vez no iba a ser una excepción.
Al poco rato le vi por el retrovisor y toqué el claxon, pero ni de coña me vio porque el monovolumen tapaba por completo mi coche, y es que el picanto es muy pequeño. Pues rápidamente salí del coche y silbé a mi padre. A lo sumo fueron 40 segundos el tiempo del que me retiré del coche. Volví y mi padre detrás. Abrimos el maletero para guardar algunas cosas que llevaba mi padre a mis abuelos. Cuando íbamos a meternos en el coche, un guachupino me preguntó dónde estaba Atocha. Le respondí que ya estaba en la calle Atocha. Decía que se refería a Atocha Renfe, y amablemente le dije que tenía que bajar todo recto. Bueno, aparte de que tenía unas pintas de guarro que tiraba para atrás, no observe nada fuera de lo normal.
Cuando habíamos sobrepasado la Plaza Benavente le pregunté a mi padre que dónde había colocado mi bolso. ¿Qué bolso? me preguntó. No hay ningún bolso aquí. ¡¡MIERDA!! ME LO HAN ROBADO!!! Empecé a temblar, nunca me habían robado, no sabía qué hacer y encima mi padre arremetía contra mí; que si es que estoy siempre dormida, que estoy harta comer, etc.
En cuanto pude, pare en un sitio donde no molestase mucho y a llamar para anular todas las tarjetas. Eso es lo peor, tener que hacer llamadas y luego ir a la comisaría a denunciar el robo.
No llevaba nada de dinero en efectivo, bueno, como mucho 2 euros. La tarjeta del trabajo, el D.N.I., la tarjeta sanitaria, el carné de conducir, las tarjetas de débito, la del carrefour y la de puntos de la BP. Nada realmente importante, más o menos. El mp3 también iba en el bolso, una cámara muy, muy cutre, el módem usb, aunque éste no me valía porque ya no soy de movistar. También un móvil viejo y bloqueado y que no vale ni para reciclar. Lo que si me jodió fue lo de las llaves; las de mi casa y las de Javi también. Eso es lo peor que llevo, mis llaves. Sólo querría recuperar eso. El resto eran cosas materiales, de más valor sentimental que económico.
Ugh... las llaves... Y con lo que me gustaba ese bolso de Betty Boop... snif.

Aunque es una putada, tengo suerte que no me hayan robado al tirón o colocándome una navaja.

He aprendido que no debo dejar bajo ningún concepto el bolso en el asiento del copiloto.

Estoy segura que la mayoría de las cosas que había en el bolso, por ejemplo los documentos, los tiraría por la calle. Así que me queda una pequeña esperanza que alguien los encontrase y en unos días los reenvíen a casa de mis padres, tal como paso cuando perdí el abono transporte.