Verano de 2008. Llevo viviendo un infierno desde el día 12 de Julio. Al principio pensé que era una forma de castigo por haberme comportado como una niñata caprichosa, yendo y viniendo cuando me daba la gana, sin tener en cuenta a la persona que estaba a mi lado. Sí, digo estaba... porque desde la citada fecha ya no ha vuelto.Tampoco he hecho mucho para que se quedara, así que no se si regresará.
Celos, intromisión, etc.... ¿demasiado amor? ¡Tal vez! Posiblemente hubo algún momento obsesivo-compulsivo. Nunca pensé que podría amar tanto.
Hablaban de muchas cosas. Le decía que "la niñata es un puto mueble" y que la dejaría en silencio.
A la amante, a su confesora, a la que ya tenía planeado ir a ver en secreto, le decía cosas tales como "¿cuando estarán tus papás en casa para ir a pedirles tu mano y el resto de tu cuerpo?" "No es fácil hacerse un viaje a ....... (que más da el nombre de la ciudad), antes debería resolver lo mío con mi casi ex novia, pero quiero ir a verte y tocarte... ¿no voy a poder tocarte?..."
¡Qué bonito es el amor!. Conociendo esto se habló de dejar la relación, pero él decía que no, que realmente me quería y lo otro era una obsesión pasajera. Yo tampoco quería dejarlo, así que dijimos comenzar desde cero.
¡Pero no! Siguió engañándome. Siguió hablando con ella a través del msn. Ya no eran simples conversaciones, denotaban un amor apasionado y un gran apetito sexual, virtual en un principio. Cuantas veces habrá follado conmigo y me habrá puesto la cara de ella. Que dolor. Que repugnante.
Continuaba hablando con ella, pero también intervenía yo. Por esto, le dije que fuéramos a ........(que más da el nombre de la ciudad), pensando en que si nunca la conocía en persona todo esto no acabaría, que sería un mártir, que me odiaría por el resto de los días.
Al final fuimos "en pareja". La conocimos. Que situación (Woody, ¿quieres que te venda el guión?). Paseando, cenando, fumando; los tres juntos, pero tenía la sensación de que sobraba alguien, y ese alguien era yo. Aguante varios días y por fin llegó la hora de irnos.
Nada cambió. Continuaron las conversaciones. Continuaron los engaños.
Llegaba lo peor.
Quede con el para ir a tomar algo, porque normalmente no tenemos la nevera muy bien aprovisionada.
Quedamos en un bar en concreto. Yo salí primero de casa para ir al cajero, elementalmente, para sacar dinero y pagar las consumiciones. Ya se sabe, el que algo quiere algo le cuesta, y las cañas ya están por las nubes. Sabía que él saldría más tarde de casa y aprovecharía para chatear un rato con ella, pero bueno, no le di mayor importancia, de hecho me lo dijo después. Buf, por fin dijo una verdad.
De camino al bar me contó lo que habían hablado. JODER, me quede de piedra. Me dijo que ella quería venir a Madrid, bueno, el también lo estaba deseando. Le respondí que si venía no me volvería a ver en su vida, cosa que pareció afectarle poco.
Como no era ni soy coherente, volví a pensar que si no venia, él me odiaría para el resto de mis días y sería fatal. Pues acepte a que viniera sin saber que estaba aceptando mi muerte.
Llego el día y fuimos a buscarla a la estación. La esperábamos en el andén. Yo estaba a su lado y no me hacía caso. Estaba en un estado de impaciencia un tanto extraño. Me fui no muy lejos, aunque lo suficiente para que no me viera. No fue mucho tiempo, pero ni se percató que no estaba, no le dio importancia. Yo si se la dí, y mucha. Ahora lo pienso fríamente, ese momento que me fui de su lado, no tenía que haber vuelto.
Ella llegó. Se dieron dos besos, y porque les daría corte, sino se hubieran comido los morros y habrían follado sin parar. Ella y yo nos dimos un abrazo.
Nos fuimos a casa de él. Un trayecto nocturno en coche, más o menos apacible. Al llegar parecía como si ella hubiera estado toda la vida viviendo allí. Me sentí fatal, como un zombie. No sabía que hacer o que decir. Lo que estaba claro es que no podía pensar. Nos pusimos a fumar. Ella quería ver una película de los Hermanos Marx, pero yo no quise, estaba extremadamente colocada. Estaba muy cansada. La pérdida de peso también me influía. Nos fuimos a dormir. La primera noche no fue mala.
Me levanté la primera, sobre las ocho de la mañana. Me puse a leer sus historiales de conversación, me puse a llorar y ella se despertó, y desde el sofá, me miró y me pregunto que si estaba leyendo las conversaciones.
Intenté disimular un poco y le propuse fuéramos las dos a despertarle, aunque casi se nos muere de un infarto, madre del amor hermoso, que chillada salió de la boca de ella.Después del desayuno ya comenzaba a ver esas miradas cómplices, ese comportamiento que a mí me encelaba, me ponía enferma y ese día, sobre la hora de la comida, mientras ella dormía, tomé mis pertenencias y dije que me iba aunque realmente no quería. Finalmente me quedé. No salíamos de la casa, pero tuvimos una tarde agradable, nos hicimos fotos e intimamos, fumamos y reímos. ¡Que bien, eh, no está tan mal¡, pensé.Graso error. Esa noche oí como se besaban cuando yo estaba al lado. Me faltaron al respeto, me sentí tan engañada y tan ofendida... JODER, cerré el puño y sin llegar a tomar todas las fuerzas que mi cuerpo tenía en ese momento, les pegué. Posiblemente otra persona hubiera hecho lo mismo o posiblemente no.Después de gritar y de amagar borrar fotos y buscarla un billete para que se fuera, de lo cual ninguna de las dos cosas se hicieron, el cansancio hacía mella y nos fuimos a dormir, o por lo menos a intentarlo. Otra mañana más, más de lo mismo, no pude, y pedí que me llevara a mi casa. Aunque derramó lágrimas por mi marcha, quedó muy claro que se alegraba de que ella se quedara. Solo unas horas con ella a solas, me decía, te prometo que no pasará nada. Entonces le pedí que cuando la dejara a ella viniera a buscarme. Pero esa tarde-noche del sábado y parte de la mañana del domingo fueron mis peores horas, y eso que no paraba de mandarme mensajes a móvil o... ¿estaba jugando a dos bandas?.El domingo por la tarde fue a buscarme y me alegre por ello. Enseguida me cambié y nos fuimos a su casa. Cuando ya estuvimos allí, nos fuimos a tomar algo. Que bien pintaba la relación en ese momento. Que buen actor. De vuelta a casa nos acomodamos y al poco rato, sin saber que tenía que mirar, él se sentó a la mesa del ordenador y de reojo observé que tenía un documento word y le pedí que me lo enseñara o que me dejara verlo. Su humor cambió por completo pero me dio igual, bueno, empecé a sospechar algo raro, algo que él quería ocultar. Y lo ocultó. No me dio tiempo a leer mucho, dio un grito, se levantó y cerró el documento sin guardarlo. Era muy tarde. Era violento cuando me hablaba, me daba miedo y me intimidaba. Tras discutir, nos fuimos a la cama y quise hacer el amor con él. Lo hicimos.24horas después, tras mirarme extrañamente, apagado, me confesó: "Cariño, me la he follado" y se puso a llorar. En ese momento el mundo se quebró y se hundió, y con ello mi dignidad, mi cordura y el alma. No tuvieron precauciones. Solo pensaron en ellos. ¿Y YO QUÉ? Lo hablamos, y por amor le dije: aunque hayáis fornicado, si tú me quieres a mí, yo me quedaré contigo. Y me dijo que me quería(menos mal) y que se quería quedar conmigo. Proseguimos con la relación. Continuaron sus engaños. Continuó dedicándole palabras de amor.Los tres hemos hecho cosas imprudentes... ¡y hasta que punto!... Es real pero al mismo tiempo muy absurdo.Está muy claro. Me quería (en pasado). En el presente estoy en su vida, como ella muy bien decía, por la costumbre de tantos años (seis habrá hecho ya, sino me equivoco, pues yo tenía casi 25 años y ahora acabo de cumplir los 30). Esto me recuerda que no podré perdonarle el hecho de que me hiciera sentir tan mal cuando el mismo día de mi cumpleaños me dijera "te quiero" y a su amante le escribiera en el msn "te amo".He pasado muchas cosas por alto, lo cual no significa que las haya ignorado. Debería haber dejado esta situación antes de que se me escapara de mis manos. ¿Esto qué es? Será porque les quiero a los dos. Gracias a sus conversaciones he descubierto cosas sobre mí que nunca hubiera imaginado. Es probable que él sea como una droga que mi cuerpo necesita. El amor es así de absurdo... al igual que el resto de la existencia. ¡Yo que sé! Y además no sé si quiero o debo saber.Hace unos cuantos viernes atrás, al verle conectado al msn, me dije: ¡YA NO VOY A SU CASA, ESTÁ "HABLANDO" CON ELLA!. Pero bastó con que me dijera "te quiero", "me siento vacío al pensar que nunca estarás más a mi lado", que cambié de opinión, cogí el coche y subí todo lo rápido que pude.Y así en muchas ocasiones... al igual que un perro que cuando su amo le llama acude con el periódico en la boca, aunque minutos antes le hubiera dado una patada. No creo que tenga que arrepentirme por ello. Y, si lo hiciera, ¿de qué serviría?Se fue. Nunca fue mío. Una persona no es propiedad de otra, ya lo sé... pero dejar de querer a alguien no es tan fácil. Muchas veces me pregunto si se puede querer a dos personas al mismo tiempo y por igual. Sé con toda seguridad que él se ha formulado la misma pregunta. ¿Y ella? ¿Se lo habrá preguntado ella? ¿O acaso le da igual? No creo que lo más conveniente sea dejar que la historia se alargue pero, por otra parte, aún tengo la esperanza de que pueda salvarse... de que podamos renacer de nuestras cenizas... aprendiendo de nuestros errores (sí, aprendiendo los tres).De todas formas... LO MEJOR NO ES ESTAR LOS TRES JUNTOS.