El sexo en el coche está considerado como un arte, ya que la imaginación para no acabar metiéndote el cambio de marchas por el culo, o poniendo la cope a todo volumen con el pie, es extraordinaria. La historia del sexo en el coche va totalmente ligada a la historia del coche, al igual que la historia de la pared y mear en ella, la cual se tratará en otro de mis estupendos post. El auge del sexo en el coche viene dándose desde finales del siglo XIX, ya que lo de poder echar un clavo en casa propia es imposible debido a que muy pocos pueden disponer de una hipoteca, por lo que el coche es la opción más viable. El gran inconveniente de pencar en el buga, es la facilidad que tienen los mirones de observar la escena, ya que la ITV solo permite tintar los cristales traseros, con lo cual, los usuarios chechuales del vehículo están en un completo escaparate típico de Holanda. Además, en los picaderos comunes como grandes aparcamientos, puedes ver al resto de las parejas que están ejercitando de forma similar a la propia, propiciando competiciones de a ver que coche aguanta más, o incluso pedir un cigarrito para después el coito.
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