miércoles, 24 de marzo de 2010

Ruinoso

Como el título del post está el edificio, los 3 bloques. El bloque donde yo vivo ha empeorado rápido en poco tiempo. Los dedos de mi mano caben de bloque a bloque. Así, no me he extrañado, no me ha sorprendido, que el Ayuntamiento haya declarado la edificación en ruinas. Y nos ha dejado muy claro el asunto: O se empiezan YA las obras, o nos expropian con la consecuente multa.
Antes panicaba porque la casa se iba a caer. Mi miedo aumentaba cuando veía sin cesar casos de casas, que aún sin grietas, ¡¡PUM!! a tomar por culo todo. Por eso, bueno, es una de las razones, por las que dejé de dormir en la habitación y prefiero dormir en el sofá en plan rollito de primavera.

En un ratito hay junta extraordinaria para volver a tratar el tema. ¿Pero no ven que no hay tema que tratar? Por favor, cueste lo que cueste, hay que contratar una empresa que haga las obras.
Si los viejitos piensan que como les queda ná y menos... pues para qué. Pero hay mucha más gente en la mancomunidad.

Si me quedo sin casa, me quedo prácticamente muerta; pero antes muerta que volver a casa de mis padres.

La ansiedad vuelve a mí. Estoy nerviosa. Vamos a ver...

viernes, 5 de marzo de 2010

CaraPoker

Si lo tengo totalmente superado, no me entiendo. Por qué se me queda cara de poker al leer 2 comentarios de Al y Changa en el perfil de ésta. ¿Y cómo/por qué llegué hasta ahí?
Yo que le cuento con detalles lo que hago me molestó que no me lo contara, y eso que los comentarios tienen fecha de Febrero.
Pues esa tontería me hizo decaer mucho. Y es que no tiene otro nombre: TONTERÍA. Sí, Parba, eso es. Pero por más que repito esa palabra en mi cabeza, no consigo mentalizarme y ha hecho que decaiga mucho mi actitud. De hecho, ayer, le hice un regalo, con el consecuente mínimo ánimo. Hacía tiempo que le daba algo y no me hacía ilusión. Claro que me alegra que le gustase, pero faltaba algo. Al menos para mí.
No sé si sacar el tema. Creo que no, y menos después de casi 15 días.
Seguiré con mi cara de poker y pensando que comienzo a estudiar de nuevo.

miércoles, 3 de marzo de 2010

HISTORIA 3: la dama y el padre: Fin

En casa del párroco ocurrían unos sucesos terribles. Una de sus hermanas había empezado a pronunciar unos discursos llenos de vaciedades en alemán, lengua que desconocía por completo. Peor aún: cuando ella callaba, los pronunciaba un hermano del párroco, que residía en la misma casa.
La noticia ya corría por doquier. Pronto, el párroco tuvo que admitir que le resultaba imposible seguir viviendo en su casa: se abrían puertas y ventanas, y golpeaban frenéticamente. Toda la noche se escuchaban lúgubres deslizamientos...
La madre del párroco tampoco lograba conciliar el sueño y el mismo párroco terminó por perder los estribos. Llegó al punto de pedirle a un matón del pueblo que durmiese en su habitación. El matón aceptó.
Sin embargo, la primera noche, a los primeros alborotos, se vio que tal medida era inútil. El padre salió de su habitación y corrió escalera arriba para reunirse con su anciana madre. El matón, al no poder seguirle, saltó por la ventana.
La dama, todo lo oía desde la capilla.

En el última sesión de exorcismo, la dama, muy despacio y en silencio, abandonó el sillón y se deslizó hasta quedar tendida en una colchoneta. El padre Veronesi le ordenó estar quieta y responder a sus preguntas. Era inútil.
-Si no puedes responder, alza un dedo; si no quieres, alza dos -le ordenó el padre.
La dama levantó, como costándole un gran esfuerzo, un solo dedo.
A partir de ese momento, los diálogos entre el padre y la dama se volvieron tremendamente lentos y penosos, por lo que se apoderó de la asamblea una sensación general de aburrimiento.
Por fin llegó el 23 de Junio.
Durante la misa, la dama empezó a ponerse muy rara. Eran algo más de las tres, y su salida estaba anunciada para las cinco.
De repente, el padre ordenó a la dama: -¡Levántate y vomita!
Con suma dificultad se fue incorporando, hasta quedar arrodillada y dieron comienzo sus convulsiones.
-¡Vomita! -volvió a ordenarle el implacable padre Veronesi.
Con grandes arcadas, con un esfuerzo sobrehumano, la escena alcanzó el paroxismo.
Al cabo de unos minutos horribles, una materia de aspecto biliosos fue a parar a la palangana. Poca cosa.
Medio ahogada, totalmente desquiciada, la dama no vomitó nada más y fue necesario concederle un respiro.
-Son las cuatro y treinta y cinco minutos -anunció el padre consultando su reloj.
¡Con toda la autoridad que se me otorga, te ordeno, espíritu inmundo, que salgas inmediatamente de este cuerpo! Si sales pronto, te confinaré al desierto, en el centro del Sahara. De lo contrario, te enviaré al infierno.
Era preciso terminar. La frente y el cuero cabelludo de la posesa se arrugaron de manera nunca vista ante las palabras conminatorias del padre. Era un semblante aterrador, y sus músculos estaban completamente desajustados. Parecía como si las pupilas fuesen a saltar de las órbitas, y el labio inferior, muy hinchado, caía como muerto.
En medio del atroz silencio, la dama retrocedió muy pálida. De sus labios surgió de pronto un alarido infernal.
-!VOOOOYYYY!
Incontrolable, se precipitó hacia la palangana y vomitó en abundancia.
Después de la violenta emoción, la dama volvió a su ser natural, muy asombrada. El padre Veronesi la tocó con la estola y le impuso las manos.
-Ya estoy curada -dijo ella, sencillamente.
Ni las manos del padre ni la estola provocaron en la dama el menor estremecimiento. Aliviada, sonreía y la devoción de los asistentes creció de punto.
De todos modos, el padre quería saber de la "bola". Entonces, el doctor cogió su bastón, revolvió en la palangana y apareció envuelta en una especia de tejido bellísimo por su colorido.

De todos modos, la alegría producida por la "liberación" de la dama, se vio ensombrecida por otros asuntos menos risueños. Tan solo unos meses después de todas aquellas sesiones, el padre Veronesi vio llegar al convento a la dama. ¿Qué ocurría?
Es la venganza de Isabó.

Nadie puede vivir en paz.

lunes, 1 de marzo de 2010

ELLA

Contaban de un hombre que se enamoró de una chica, una joven vivaz, inteligente. Le aportaba la tranquilidad, la fortaleza e ilusión de la que él siempre ha carecido.

Este hombre sufría ya que sabía que no era real. Solo se veían por la red. Todo eran impedimentos para poder juntarse.

Se enamoró de una mujer completamente imaginaria que con palabras su corazón penetraba.
Desapareció sin explicación.
Jugando con su corazón.

Ella se cambió hasta el nombre.
Ya no sabe de ella ni por e-mail.
No dejaba ni un mensaje de texto.
Ya no respondía ni al teléfono.
Será que se busco a otro.

Sigue buscando pero no aparece. Su amor crece y crece.
A veces sufre el que menos se lo merece.

Él sigue llorando por días, por meses, gritando ¡VUELVE! para que el sufrimiento cese.

Solo le queda una foto.

Él día a día se va derrumbando.
Decía: "me agoto y me quedo con el corazón roto".
Sigue buscando, de amor enfermando porque de su vida tiene el control remoto.
Enfermo de amor, borracho y loco.

El mundo exterior consiguió llevarse a su amada e idealizada figura.

Él la sigue buscando y buscando.