miércoles, 3 de marzo de 2010

HISTORIA 3: la dama y el padre: Fin

En casa del párroco ocurrían unos sucesos terribles. Una de sus hermanas había empezado a pronunciar unos discursos llenos de vaciedades en alemán, lengua que desconocía por completo. Peor aún: cuando ella callaba, los pronunciaba un hermano del párroco, que residía en la misma casa.
La noticia ya corría por doquier. Pronto, el párroco tuvo que admitir que le resultaba imposible seguir viviendo en su casa: se abrían puertas y ventanas, y golpeaban frenéticamente. Toda la noche se escuchaban lúgubres deslizamientos...
La madre del párroco tampoco lograba conciliar el sueño y el mismo párroco terminó por perder los estribos. Llegó al punto de pedirle a un matón del pueblo que durmiese en su habitación. El matón aceptó.
Sin embargo, la primera noche, a los primeros alborotos, se vio que tal medida era inútil. El padre salió de su habitación y corrió escalera arriba para reunirse con su anciana madre. El matón, al no poder seguirle, saltó por la ventana.
La dama, todo lo oía desde la capilla.

En el última sesión de exorcismo, la dama, muy despacio y en silencio, abandonó el sillón y se deslizó hasta quedar tendida en una colchoneta. El padre Veronesi le ordenó estar quieta y responder a sus preguntas. Era inútil.
-Si no puedes responder, alza un dedo; si no quieres, alza dos -le ordenó el padre.
La dama levantó, como costándole un gran esfuerzo, un solo dedo.
A partir de ese momento, los diálogos entre el padre y la dama se volvieron tremendamente lentos y penosos, por lo que se apoderó de la asamblea una sensación general de aburrimiento.
Por fin llegó el 23 de Junio.
Durante la misa, la dama empezó a ponerse muy rara. Eran algo más de las tres, y su salida estaba anunciada para las cinco.
De repente, el padre ordenó a la dama: -¡Levántate y vomita!
Con suma dificultad se fue incorporando, hasta quedar arrodillada y dieron comienzo sus convulsiones.
-¡Vomita! -volvió a ordenarle el implacable padre Veronesi.
Con grandes arcadas, con un esfuerzo sobrehumano, la escena alcanzó el paroxismo.
Al cabo de unos minutos horribles, una materia de aspecto biliosos fue a parar a la palangana. Poca cosa.
Medio ahogada, totalmente desquiciada, la dama no vomitó nada más y fue necesario concederle un respiro.
-Son las cuatro y treinta y cinco minutos -anunció el padre consultando su reloj.
¡Con toda la autoridad que se me otorga, te ordeno, espíritu inmundo, que salgas inmediatamente de este cuerpo! Si sales pronto, te confinaré al desierto, en el centro del Sahara. De lo contrario, te enviaré al infierno.
Era preciso terminar. La frente y el cuero cabelludo de la posesa se arrugaron de manera nunca vista ante las palabras conminatorias del padre. Era un semblante aterrador, y sus músculos estaban completamente desajustados. Parecía como si las pupilas fuesen a saltar de las órbitas, y el labio inferior, muy hinchado, caía como muerto.
En medio del atroz silencio, la dama retrocedió muy pálida. De sus labios surgió de pronto un alarido infernal.
-!VOOOOYYYY!
Incontrolable, se precipitó hacia la palangana y vomitó en abundancia.
Después de la violenta emoción, la dama volvió a su ser natural, muy asombrada. El padre Veronesi la tocó con la estola y le impuso las manos.
-Ya estoy curada -dijo ella, sencillamente.
Ni las manos del padre ni la estola provocaron en la dama el menor estremecimiento. Aliviada, sonreía y la devoción de los asistentes creció de punto.
De todos modos, el padre quería saber de la "bola". Entonces, el doctor cogió su bastón, revolvió en la palangana y apareció envuelta en una especia de tejido bellísimo por su colorido.

De todos modos, la alegría producida por la "liberación" de la dama, se vio ensombrecida por otros asuntos menos risueños. Tan solo unos meses después de todas aquellas sesiones, el padre Veronesi vio llegar al convento a la dama. ¿Qué ocurría?
Es la venganza de Isabó.

Nadie puede vivir en paz.

1 comentario:

El churrero dijo...

jajajajaja Parba que cosas escribes, no me entere mucho de lo de la bola de la palangana.

A mi la que de verdad me da miedo es la otra historia la de Al y Changa y la difunta perra de Al uyss solo nombrarlo me erizo todo...