sábado, 17 de agosto de 2013

Exteriorizar



Ahora voy a exteriorizar la mala leche que llevo dentro y lo voy hacer con palabras. 

Mis vecinos todos son gilipollas, los viejos por viejos y los jóvenes por jóvenes.

El matrimonio de viejos que vive sobre mí, claro, como no tienen otra cosa que hacer, todos los días a mover muebles para limpiar. Asi tienen el parquet, apagado y revenido y a mí la cabeza como un bombo.
Los otros de arriba del lado izquierdo, como tienen mucho tiempo libre (mira que lo digo siempre, tanto tiempo libre es muy malo) pues porque sí, por sus cojones han  decidido cambiar los felpudos de todos los vecinos para que seamos, osea, todos iguales. 
Llegas un día a tu casa y encuentras que el felpudo que YO había comprado a MI gusto, me lo colocaron en una bolsa de plástico y colocaron uno malo y encima feo, como estampado de las pantunflas que llevaba mi abuelo antes de estirar la pata.
Cambio el felpudo y ya tenemos a la viejuna llamando a mi puerta. Que si que vale, lo que usted diga que yo haré lo que me salga del coño. No va a quedar asi. Es una gran tontería, pero no es el felpudo en si, es la autoridad que se toman por su propia cuenta.
Luego, y por segunda vez, vuelven a mojarme el techo del baño y encima me dicen que vaya yo a mapre a decirles que vengan a pintarlo. ¿Perdón? A lo mejor también tengo que arreglarles la fuga... 

Ahora voy a exteriorizar manualmente. Ya han lavado. Tienen la ropa tendida. Voy a lijar la puerta...

1 comentario:

ოᕱᏒᎥꂅ dijo...

jajajaja...
como me gusta verte de nuevo y con toda tu energía!!!
donde estabas metida?
un beso muy grato