miércoles, 18 de marzo de 2009

Los Abuelos

A primeros de este mes tuve 3 días de permiso en el trabajo. Son los que corresponden al trabajador por enfermedad, ingreso hospitalario, etc... de un familiar. En mi situación fue porque ingresaron a mi abuelo por una angina de pecho.

Mis abuelos viven en Talavera de la Reina pero le ingresaron en el hospital de Toledo (bastante cutre, por cierto) ya que en éste hospital es donde tienen los medios para realizar cateterismos.

Quedé con mi padre en Vallekas a la hora que él quiso llegar. Nos fuimos con mi coche ya que el suyo no tiene pasada la I.T.V. Qué viaje dio papá, qué gruñón; será la edad... Primero me dijo que soy muy perezosa. Salimos a las 9 de la mañana. En el transcurso del viaje me dijo que limpiase el parabrisas, a lo que le conteste que no era posible porque el depósito del agua estaba vacío. ¡¡Señor!! la charla que me dio. Qué si un camión pisaba un charco (hacía un día esplendido, de hecho todo Marzo está siendo primaveral) y nos salpicaba podríamos tener un accidente. Que tener agua es más importante que tener gasolina en el depósito... Le tuve que rebatir todo lo que me decía, era tan absurdo... Pero él decía que yo quería tener la razón. ¡BAH! mejor dejar el tema -pensé- Fue lo mejor.

Llegamos a Toledo en una hora aproximadamente. Casi tardé más en aparcar, y pagando, claro.

En la sala de espera estaba mi tío. Nos dijo que mi tía y mi abuela estaban en la cafetería. Allí fuimos a su encuentro y nos tomamos un café.

Estuvimos mucho tiempo esperando a que saliera una enfermera y nos dijese como había salido todo; si él estaba bien.
Por fin salió y nos dijo que todo estaba bien. El cateterismo fue algo más complicado dada la edad de mi abuelo, sobre todo por la calcificación de las venas.

Un poco más tarde nos hicieron entrega de unos papeles para que los lleváramos a admisión para asignar habitación al enfermo.

Mis tíos no estaban, fueron a comer, así que mi padre fue quien se hizo cargo de llevarlos. Entonces mi abuela dijo que esperáramos a mi tío porque él no sabría hacerlo. No me hizo ni puñetera gracia ese comentario. ¡JODER!, su propia madre le hace ese comentario a su hijo, y por muy capullo que sea mi padre, no me cabe en la cabeza. En vez de callarme contesté que para llevar unos papeles a una ventanilla no hace falta ser "un pitagorín". Creo que por un oído le entro y por el otro le salió mi contestación.


Todos ya, enfermo incluido, en la habitación. Me acerqué a la cama donde él estaba para darle 2 besos. Luego me dijo que qué delgada estoy; ya, ya lo sé -sin comentarios-.

Y todo el día en el hospital...

Sobre las 18:30 decidimos que mi padre quedaba a dormir en el hospital y mi abuela y yo nos íbamos a Talavera. Otro viaje estupendo. Mi abuela consiguió sacarme de mis casillas porque no paró en todo el viaje de decir que nos habíamos perdido. No pude hacerla entrar en razón y acabe perdiendo los nervios, así que le levanté la voz suplicando que confiara en mí.

Tardamos 1 hora en llegar a Talavera pero se me hizo una eternidad.


Estando ya en casa decidimos cenar:



  • Aceitunas que ellos mismos aliñan en la huerta, pan duro, ensalada y tortilla francesa para las dos.

Ella quería a toda costa que tomara postre. Nunca, NUNCA, tomaré productos lácteos que estén en casa de mis abuelos, a no ser que se desee tener cagalera murciana.


Pedí que encendiera el calentador para ducharme. Me dirigí al baño y ella detrás. La mujer se puso a explicarme que el pomo azul es para el agua fría y el rojo para la caliente. ¿¿¿Eggññ???


¿Será qué mi abuela no sabe que en 30 años me ha dado tiempo a aprender como usar una ducha? Y pensé que era mejor seguirla la corriente.


Estuvo dando explicaciones sobre las diferencias que había en los botes colocados en una esquina de la bañera. Un bote era colonia y el otro gel, así de simple. ¡¡Abuela!!, por favor... -pensé-.


Cerré la puerta del baño para mear a gusto, pero en un abrir y cerrar de ojos, estaba dentro, DELANTE MÍA. Aquello no podía ser cierto. Cogió los vaqueros y las bragas que me había quitado, las cuales aún tenían colocada la compresa. ¡¡Agggg!! ¡¡Abuela!!, por favor... -le dije-.


No había manera de que se fuera. Ya estaba desnuda de cintura para abajo pero entré a la bañera toda vestida de cintura para arriba, pensando en quitármelo dentro para que no siguiera viéndome. Corrí las cortinas y cuando me había quitado el sujetador las descorrió. ¡¡Alé, alé!! mi intimidad a tomar por saco. Si a mí no me gustan mis pechos, el hecho de que me viera en pelotas no sabría ni describirlo en palabras.

Qué odisea para ducharme, no me dejó tranquila en ningún momento.


Más tarde, en el salón, estuvo enseñándome la ropa que le habían regalado sus otras nietas. Hizo un pase y ya decidimos que ropa se pondría el día siguiente. Al cabo de unos 4o minutos dije que me iba a la cama.


Me despertó a las 8 de la mañana. Ya había preparado el desayuno, de hecho ella ya había desayunado. Cuando entré a la cocina, había en la mesa un vaso con un líquido color beige, lo cual se suponía era café con leche. Al lado unas galletas; y hasta estaban buenas. Luego entró mi abuela y sacó de la nevera una pequeña bolsa de plástico que contenía unas porras más tiesas que la polla un novio. ¿Pretendía qué me las comiese? Intentando ser lo más cortés posible, se las rechacé. Entonces, volvió a meter la pequeña bolsa blanca de plástico en la nevera.

¿A quién le deparara la ingesta de esas porras tiesas como la mojama? -Eso me pregunté en aquel momento y aún sigo preguntándomelo-.


A eso de las 9 y algo salimos dirección Toledo. Esta vez el viaje fue algo más relajado. Tardamos lo mismo, 1 hora aproximadamente.

Paré un momento a la puerta del hospital y allí ella bajó. Tardé una eternidad en aparcar, pagando, claro.

Todo el día en el hospital, no comí. Me sentía muy cansada. Lo bueno es que al final de la tarde le dieron el alta a mi abuelo.


Ahora ha de cuidarse. Ya le hemos dicho y redicho que ha de dejar la huerta porque no puede hacer esfuerzos físicos.


Tengo muy buenos recuerdos de todas las huertas en las que mi abuelo ha trabajado.



Si mal no recuerdo, mi hermano y yo estamos con los hijos del dueño de la huerta.

Me encanta esta foto. Solo se me ve a mí en el tractor. ¡¡JULI!! ¿Recuerdas el tractor? Aquí estás tras de mí.





El tiempo pasa muy rápido...




Estas fotos ya son de la última huerta en la que ha trabajado abuelo.
¿Qué estaban recogiendo mi padre y mi hermano? Mmmmm, tomates no... A lo mejor brevas...

Abuelo... Jubilado y sigue faenando en la huerta. Entiendo que es su vida, a ello se ha dedicado siempre. Abuelo... Ya toca dejarlo.

12 comentarios:

Carpetazo dijo...

Buenas.
Vaia dia mas currado.
Menudo recuerdo de ese forfi.
Besos

Yo dijo...

Jajaja, me lo pasé bomba leyendo tu relato... (a pesar de los -pocos- errores) Lo de la abuela metomentodo me mató, joder, vaya risa.
¡Y esas fotos de cuando eras niña! IM-PER-DI-BLES. Y la otra más reciente, también. Tenía ganas de ver otra foto tuya, por si habías cambiado o algo.
Actualizá más a menudo, Parba, me encanta leerte (a pesar de todo)

Al Casetzer dijo...

¡Qué bueno, cariño!
Lo de tu abuela es de película de Almodovar, jejee

PARBA dijo...

Ayyy la abuela, ¡qué mujer!

Las fotos de pequeña son un gran recuerdo. Bueno, la del forfi también. Con ese coche aprendí a conducir.

Mí vida parece una película aún no definida, jiji. De pequeña hice un corto de terror casero. ¿Imagináis qué papel hice?

Me alegra saber que, aunque redacte mal, tenga faltas de ortografía y haya habido momentos poco "agraciados", os guste lo que escribo.

Yo dijo...

Como sé que lo va a borrar...:


PARBA dijo...

Buenas.

Mmmm, dado que esto de la economia es algo complicado, una vez terminadas las entradas, un resumen al pie de éstas estaría muuu requetebien.

Besito.



Changaleona dijo...

No, mejor no, que como escriba algo, echa para abajo su prestigio de intelectual matemático...

Al Casetzer dijo...

¿De qué va esto?

Chafan dijo...

Si le quitas el huerto tu abuelo se vuelve loco. En el caso de que no se le vaya la pinza desde ya. En serio te lo digo.

PARBA dijo...

Y echaremos de menos esas lechugas, patatas, tomates, etc... recogidas directamente del huerto.
En serio, el hombre se muere fijo cuando ya no tenga la huerta.

PARBA dijo...

¡Ah! Changaleona, ¿te refieres a qué voy a borrar algún comentario? La verdad es que no.

¡Ah! Al Casetzer, pues esto va por un comentario, el cual ha quedado descrito, que hice en el blog de Carpetazo.

Al Casetzer dijo...

Ah, vale...
Mola esto de interné, los comentarios se van paseando de blog en blog, no hace falta visitarlos todos... se agradece el detalle.

Yo dijo...

Yo ejjjjjjjj que lo puse, porque Carpetazo era capaz de borrar mi comentario... ¿veis?

Anónimo dijo...

Par espero que tu abuelo este muy bien ya.
Que buenas las brevas, las hojas si te descuidas te queman, a mi alguna vez me han salido bolsas, y unas manchas que con el tiempo se quitan, hay que tener cuidado.
¿Par si un día te llamo a tu empresa pregunto por Parba o por la novia de Al?