jueves, 25 de diciembre de 2008

Periodicuchos, columnas de opinión y gafapastas

Nacieron hace unos años, y se han extendido como la peste; se trata de los periódicos gratuitos, desde el 20 Minutos hasta el Metro Madrid, pasando por las ediciones de carácter latino que también han proliferado en los últimos años en una muestra muy apreciable de endogamia étnica. Estos periódicos, de los que se rumorea que algunas de sus noticias son inventadas, suelen tener una vida corta, y al final de la ajetreada jornada, suelen encontrarse tirados por cualquier lado, siendo en Madrid el sitio más habitual de deshecho la grandiosa red de Metro.
Casualmente, disfrutando de la tumultuosa Navidad de Madrid, en uno de mis largos viajes nocturnos por el Metro desde Peñagrande hasta Antón Martín, pude paliar mi aburrimiento con una triste y arrugada edición de ADN abandonada en un asiento de uno de los vagones. Noticia por aquí, noticia por allí, y llego a la sección de "Televisión & Radio", donde un señor híbrido de "nerd" llamado Daniel R. Caruncho, tiene reservada una esquinita para crear una opinión llamada "La Mía"... su sección u opinión, supongo.

Este es el intelectual del que estamos tratando, pero de todos modos lo que nos interesa es el texto de su sección con fecha 19.12.2008, con título "Chapas, bicis y gordos", que es el siguiente:
"Uno: el chaval está jugando a las chapas tan feliz, pero un amigo le hace ver que, hombre, que cómo se le ocurre, que a eso se juega con la PSP. Y, ale, el niño coge la consola y pasa a un salón con varios PSPabducidos más que se están dejando los pulgares con el Playchapas.
Dos: un niño pedalea. Hasta aquí todo normal. Pero pedalea enchufado a una tele que escupe paisajes virtuales. Se trata de Smart Cycle, la bici estática de Fisher Price que se vende como el gran invento para combatir el sedentarismo infantil. Ojo.
Tres: los dos anuncios de videojuegos me dan un poco de miedo, me hacen pensar en otro producto estrella de esta Navidad: la (genial) película Wall.E, donde los humanos aparecemos como bolas de grasa sin vida, incapaces de apartar la mirada de la pantalla de la butaca. Marionetas de nuestros gadgets cibernéticos."
Y esto es lo que opina un señor sobre la televisión y la radio, en un acto de significante cinismo, y gracias a que habrá visto los anuncios mientras intentaba opinar algo sobre el programa "Alto y Claro" de Telemadrid o sobre las confesiones de "Gran Hermano" o las bragas de Mercedes Milá. No hay nada más sensacionalista (y fácil), especialmente en Navidad, que arremeter contra los videojuegos; aunque todo sea dicho, este señor confunde la velocidad con el tocino, porque considerar videojuego el producto de Fisher Price, es como considerar libro el reverso de la caja de cereales.
Primero analiza el anuncio de Playchapas de manera bastante diabólica, haciendo parecer que un niño, recio, fuerte y musculado gracias al ejercicio que supone estar en cuclillas o tirado por el suelo jugando a las chapas, es insultado por otro que le arrastra a una habitación llena de "PSPabducidos", le engancha unos cables al cerebro, y el niño de atléticas y desconchadas rodillas, queda totalmente alienado por el videojuego, imposibilitando que vuelva a llevar a la práctica el "deporte" de las chapas reales. A todo esto hay que decir, sarcasmos aparte, que en el anuncio, simplemente, a un chico le animan a jugar con otros chicos más mayores que están recordando su infancia gracias a la recreación del antiguo juego de las chapas.
Después coge el anuncio de Smart Cycle, confunde juguete electrónico con videojuego, y hace más o menos lo mismo. Siempre será mejor soltar al niño con el triciclo en medio del chalet o por el parque más cercano... ¿que no tienes chalet, ni parque ni tiempo de ir al parque porque trabajas 10 horas al día de lunes a domingo? Te jodes, aliena a tu hijo con Smart Cycle.
Por último, y pensando en los "mensajes" de la película Wall.E (este señor creo que ve las películas corriendo en cinta andadora, y ni en ese caso sería coherente con su sección ni con su opinión), muestra su miedo a la esclavitud tecnológica y a que nos convirtamos en bolas de grasa. Que conste que en Wall.E los seres humanos han modificado su estructura òsea por problemas con la presión y que lo que realmente ha inhabilitado la tecnología es la capacidad para relacionarse y sentir, pero en el artículo quedaba mejor lo de "videojuegos = gordos".
Esperemos que la próxima vez lo que vea sea un anuncio de teléfonos móviles, bastante más alienantes la verdad, o del último libro de Ken Follet y utilice el término "Folletabducidos". Y es que en exceso, podemos ser marionetas de todo, y no sólo de los putos videojuegos.


Me encanta este post, aunque he de reconocer que no es de mio, pero estoy segura que el creador sabrá perdonarme.

4 comentarios:

Chafan dijo...

Me parto. Creo que solo hace falta mirarle al careto un momento para darte cuenta que nunca jamás te contará nada que merezca leerse en una columna.

Al Casetzer dijo...

Aunque no sea tuyo, está mu bien. Gracias por compartirlo... mua

Anónimo dijo...

Lo importante no siempre es encontrar respuestas, sino saber dónde buscarlas.

Yendo en la dirección adecuada, siempre estarás más cerca.

PARBA dijo...

Hay que saber buscar, que razón tiene Virolla.